El leasing, que en inglés significa “arriendo”, es un mecanismo financiero que ha ganado fuerza en Chile en la adquisición de bienes como oficinas, viviendas, vehículos o maquinaria.

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Se trata de una operación donde una empresa especializada o un banco compra el bien y lo entrega en arriendo a un tercero. Este, además de pagar mensualmente por su uso, se compromete a comprarlo al finalizar el contrato.

¿Con qué se relaciona el leasing?

Esta modalidad se aplica tanto a bienes muebles como inmuebles.

Lo que la distingue de un crédito tradicional es que, mientras en un préstamo la propiedad pasa directamente al cliente, en el leasing el bien sigue siendo de la empresa arrendadora. Solo cuando el cliente paga todas las cuotas pactadas y decide ejercer su opción de compra, se concreta el traspaso.

Uno de los mayores beneficios del leasing es que permite acceder a bienes de alto costo sin necesidad de realizar una inversión inicial. Pero también tiene un riesgo importante. Si el arrendatario no paga, el bien puede ser recuperado por la empresa de leasing, sin necesidad de juicio hipotecario o remate. Basta con que se incumpla el contrato.

Ni el arriendo común ni un crédito simple: El leasing y sus posibles deudas

¡Cuidado!

El leasing puede convertirse en un problema si se acumulan deudas o se cae en mora. No se trata de un arriendo común ni de un crédito simple; es un compromiso con obligaciones claras. Por eso, es clave entender todos sus términos antes de firmar y tener claridad sobre los riesgos que conlleva. De lo contrario, se corre el peligro de perder no solo el bien, sino también la estabilidad financiera.

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