Desde el año 2014, la Ley N° 20.720 ha sido una herramienta clave para miles de personas y empresas que enfrentan graves problemas de deuda. Esta normativa, también conocida como la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento, permite a los deudores reorganizar su situación financiera bajo procedimientos legales y supervisados.
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Los cuatro pilares de la ley
Uno de los mecanismos más utilizados es la Renegociación de Deudas. Este procedimiento es gratuito, voluntario y no requiere abogado. Es dirigido por la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, organismo que guía al deudor para establecer nuevas condiciones de pago junto a sus acreedores. Se trata de una oportunidad para evitar juicios y embargos, al tiempo que se alcanza una solución realista.
En los casos más extremos, la ley contempla la Liquidación de Bienes. Este procedimiento judicial implica la venta ordenada de los bienes del deudor. Con lo recaudado, se pagan sus deudas hasta donde sea posible. Aunque es una opción dura, permite cerrar un ciclo y comenzar de nuevo.
Las empresas también cuentan con caminos posibles. Uno de ellos es la Reorganización, que permite a una empresa proponer un acuerdo de pago a sus acreedores. Si es aceptado, puede seguir funcionando. Es una salida para evitar el cierre y conservar empleos.
Cuando no hay otra alternativa viable, las empresas pueden optar por la Liquidación Voluntaria. Esta vía permite vender los activos y cerrar la empresa legalmente, asegurando el pago proporcional de lo adeudado a los acreedores.
La Ley 20.720 ofrece herramientas para superar el sobreendeudamiento y volver a comenzar. Para más información, visite la sección “Preguntas Frecuentes” en el sitio de la Superintendencia.
Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.