En Chile, una demanda ejecutiva es una acción judicial que busca obligar al deudor a cumplir una obligación de pago, amparada en un documento que la ley reconoce como “título ejecutivo”. Es una vía rápida, eficaz y directa para que los acreedores recuperen su dinero. No se trata de un juicio común: aquí no se discute si la deuda existe, porque ya está probada documentalmente.

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¿Cómo funciona la demanda ejecutiva?

El procedimiento parte cuando el acreedor, con abogado, presenta la demanda ante el tribunal. Junto a ella debe acompañar el título ejecutivo —como un pagaré, cheque, letra de cambio, escritura pública o sentencia firme— y detallar el monto exacto adeudado.

Si el tribunal la admite, se notifica formalmente al deudor, entregándole una copia de la demanda y del documento que la respalda.

Desde ese momento, el deudor tiene pocos días para oponerse. Pero su defensa no es libre: solo puede alegar razones específicas como el pago ya realizado, la prescripción de la deuda o errores en el documento. Si no presenta oposición válida o simplemente no responde, el tribunal puede ordenar el embargo de bienes. Estos pueden ser posteriormente rematados para pagar la deuda, los intereses y los gastos del juicio.

Marco legal

Este proceso está regulado por el Código de Procedimiento Civil, desde el artículo 434 en adelante. Y aunque parece sencillo, puede tener consecuencias graves para el deudor, como el embargo de su sueldo, cuentas bancarias, propiedades o vehículos.

Demanda ejecutiva: El camino rápido que usan los acreedores para cobrarte

Por eso, si te notifican una demanda ejecutiva o crees que puedes enfrentar una, es fundamental asesorarte legalmente. En Deudas.cl podemos ayudarte a enfrentar este tipo de procesos y proteger tus derechos frente a acciones de cobro.

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