En Chile, existe una creencia muy extendida: que toda deuda desaparece con el paso del tiempo. Muchas personas piensan que basta con esperar algunos años para que la obligación deje de existir. Sin embargo, esta idea de prescripción no siempre se ajusta a la realidad jurídica.

TE PODRÍA INTERESAR

La prescripción de una deuda es una figura legal. Ella impide que una obligación sea exigida judicialmente cuando ha transcurrido un determinado plazo sin acciones de cobro válidas. No obstante, esto no significa que ocurra en todos los casos ni que se produzca de forma automática.

Cada tipo de deuda tiene plazos distintos de prescripción

En términos generales, las deudas civiles y comerciales prescriben a los cinco años, mientras que los pagarés y letras de cambio suelen hacerlo a los tres. Existen también obligaciones con plazos menores, lo que demuestra que no hay una regla única aplicable a todas las situaciones.

¡La prescripción puede interrumpirse!

Esto ocurre cuando el acreedor presenta una demanda, realiza una gestión judicial válida o cuando el deudor reconoce la deuda. En cualquiera de estos escenarios, el plazo vuelve a contarse desde cero, manteniendo vigente la posibilidad de cobro judicial.

A esto se suma otro punto clave: aunque el plazo se haya cumplido, la prescripción no se aplica de oficio. Debe ser alegada por el deudor ante un tribunal y, si no se hace, la deuda puede seguir siendo exigida legalmente, incluso después de varios años.

¿Siempre ocurre la prescripción de una deuda? Esto es lo que realmente dice la ley

¡Cada caso debe analizarse de manera individual!

Revisar fechas, documentos y acciones de cobro es fundamental. Este análisis permite determinar si una deuda aún es exigible o si corresponde ejercer el derecho a la prescripción, evitando consecuencias legales innecesarias.

Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.

¡Escríbenos!