Arrendar una casa parece algo sencillo, pero no lo es. Aunque muchas personas lo hacen sin contrato, o comprando uno en la librería, esto suele traer problemas. Especialmente cuando hay conflictos por pagos, daños o plazos. Por eso, un contrato de arrendamiento claro y bien hecho es fundamental.

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¿Qué es –en esencia– el contrato? ¿Qué debe tener?

Un documento legal que rotege a ambas partes. Permite definir quién es el dueño, quién es el arrendatario y qué uso se le dará a la propiedad. También, establece cuánto se pagará, cómo y cuándo. Además, permite fijar condiciones sobre el uso del espacio, posibles modificaciones, presencia de mascotas o la existencia de un fiador.

Es importante detallar el monto del arriendo. Indicar si se paga por adelantado o por plazo vencido. También conviene señalar si se incluye una cuota de mantención. Y, por supuesto, definir sanciones por atraso en los pagos. Si se va a reajustar el precio por IPC, eso debe estar expresado.
Otro punto clave es establecer el plazo del contrato. Puede ser fijo, mes a mes o indefinido. Y es fundamental precisar cómo se hará el pago: efectivo, transferencia, depósito, etc. Si se entrega una garantía, debe quedar escrito cuánto es, cómo se devolverá y en qué condiciones.
No olvidar el inventario. Es útil anotar lo que hay en la casa. Y cómo se entrega. Si hay muebles, electrodomésticos o elementos instalados, hay que dejar constancia. Tomar fotos también ayuda. Todo sirve como respaldo.
El contrato debe decir si se puede subarrendar. Si hay restricciones de ruido. Si se permiten animales. Y qué pasa si una parte no cumple. Todo esto ayuda a evitar conflictos. Y si los hay, deja claro qué medidas se pueden tomar.

Arriendo de casas: Lo que debes saber antes de firmar un contrato

¿Y si surge una disputa legal?

Hay que definir desde ya a qué tribunal se acudirá, cuál será la jurisdicción, quién paga los gastos y qué derechos tiene cada parte; estos detalles hacen la diferencia. No es obligatorio firmar ante notaría, incluso se puede hacer electrónicamente. Pero si se quiere más respaldo, se pueden agregar anexos:

Fotocopias de cédulas, escrituras, listas de objetos, etc.

Finalmente, cada caso es distinto. Por eso, asesorarse con un abogado siempre es lo mejor, así, ya sea que arriendes o arriendes tu propiedad, estarás más protegido y evitarás dolores de cabeza innecesarios.

Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.

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