Las casas comerciales son parte del día a día. Están en cada mall, en las principales calles y también en internet. Ofrecen productos de consumo como ropa, electrodomésticos o tecnología, y facilidades de pago para que las personas compren sin tener el dinero al contado.

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El negocio principal de las casas comerciales

¿Sabías que no está solo en vender productos? ¡Se centran también en otorgar crédito! A través de sus tarjetas propias —como la CMR, Cencosud, Ripley— permiten pagar en cuotas y con intereses. Esto hace que muchas personas puedan acceder a bienes de forma rápida, pero también puede transformarse en un problema si no se administra bien.

La facilidad para obtener una tarjeta comercial es alta. Los requisitos son mínimos, y el proceso suele ser rápido. Pero el costo del crédito suele ser mucho mayor que el de los bancos. Las tasas de interés, los seguros y las comisiones elevan el valor final de las compras.

Lo que parecía una cuota pequeña, termina siendo una deuda difícil de pagar.

Cuando se acumulan varias compras o se retrasa el pago, los intereses crecen y aparecen los cobros adicionales. Así, una deuda que comenzó en pocos miles puede transformarse en una carga importante. Muchas familias terminan destinando gran parte de su ingreso mensual a pagar cuotas, sin poder salir del ciclo del endeudamiento.

Cómo funcionan las casas comerciales y por qué pueden llevarte al endeudamiento

Por eso, expertos en finanzas personales recomiendan usar las tarjetas de casas comerciales solo en casos puntuales y siempre con un plan de pago claro. Antes de firmar, es clave leer el contrato, sus ofertas y conocer el costo total del crédito. Las casas comerciales pueden ser útiles, pero también pueden convertirse en la puerta de entrada a un problema financiero.

Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.

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