La prescripción de una deuda es un tema que preocupa a miles de personas. Es un concepto legal que indica que, después de cierto tiempo, un acreedor pierde su derecho a cobrar judicialmente.
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Esto no borra la deuda, pero sí limita las acciones que pueden ejercerse en tribunales. En Chile existen varios plazos y dependen del tipo de obligación. Por eso es clave entender cómo funcionan. Y qué puede ocurrir si una empresa intenta cobrar fuera de ese periodo legal.
Deuda por deuda: ¿Cuándo prescriben?
Las deudas más comunes prescriben a los cinco años. Este plazo se aplica a créditos de consumo, préstamos bancarios, líneas de crédito, tarjetas y otros compromisos similares.
Se cuenta desde el último reconocimiento de deuda o desde la última gestión de cobro válida. Eso significa que un correo masivo no reinicia el plazo. Tampoco lo hace un mensaje genérico. Pero sí lo hacen demandas, notificaciones o acuerdos firmados. Por eso muchas personas creen que prescribieron y en realidad no es así.
Las deudas por servicios básicos funcionan distinto. Las cuentas de luz, agua o gas prescriben a los tres años. Lo mismo ocurre con las cuentas telefónicas y otros servicios domiciliarios.
Aquí el plazo corre mes a mes. Cada factura tiene su propio periodo de prescripción y el cobro solo puede judicializarse si está dentro de esos tres años. Si pasa más tiempo, la empresa no puede demandar, pero sí puede exigir el pago de manera voluntaria. Eso es importante entenderlo.
La prescripción no ocurre de forma automática
Debe alegarse ante un tribunal y eso requiere asesoría profesional.
Muchos deudores desconocen esta herramienta. Por eso es útil informarse. También es clave buscar orientación legal antes de negociar. Un equipo especializado, como el de Deudas.cl, puede revisar los antecedentes. Puede orientar sobre los plazos vigentes y puede acompañar en el proceso si corresponde alegar la prescripción.
Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.
