Si el acreedor de un pago demandado no toma acciones legales en un tiempo establecido, legalmente prescribe una deuda. Esto significa que, después de un periodo, el deudor podría quedar libre de la obligación de pagar. Sin embargo, el plazo de prescripción depende del tipo de deuda y las leyes que la regulan.
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El periodo de las deudas y su prescripción
Las deudas comerciales y civiles prescriben generalmente a los cinco años. El plazo comienza desde el momento en que el deudor debía pagar.
Por ejemplo, si alguien obtiene un préstamo y no lo paga, los cinco años comienzan desde el primer incumplimiento.
Si en ese tiempo el acreedor no toma medidas legales, el deudor podría alegar la prescripción y no tendría que pagar.
En el caso de las deudas respaldadas por pagarés, el plazo de prescripción es más corto. Estas deudas prescriben en un año desde el incumplimiento. Sin embargo, si el acreedor demanda antes de que termine el año, el plazo se reinicia y el deudor seguirá siendo responsable.
Las deudas con el Servicio de Impuestos Internos (SII) prescriben a los tres años. Esto ocurre si el SII no ha notificado al contribuyente de la deuda. En algunos casos, este plazo puede extenderse a seis años, especialmente cuando hay fraude o situaciones complejas.
Las deudas laborales y previsionales también tienen un plazo de cinco años. Este tipo de deudas incluye el no pago de cotizaciones previsionales, que afecta a los trabajadores y puede tener graves consecuencias legales.
¿Y cuándo (y cómo) prescribe una deuda hipotecaria?
El plazo de prescripción de dichas deudas también es de cinco años. Sin embargo, estas deudas están respaldadas por la propiedad hipotecada. Aunque la deuda prescriba, el acreedor puede ejecutar la garantía, es decir, quedarse con la propiedad.
Es importante entender que la prescripción puede ser interrumpida. Si el acreedor toma acciones legales antes de que expire el plazo, este se reinicia. Una simple notificación puede detener el proceso de prescripción y darle más tiempo al acreedor para cobrar la deuda.
En resumen, las deudas en Chile pueden prescribir si el acreedor no actúa dentro de los plazos legales. Pero si el acreedor demanda o notifica antes de que el plazo termine, la deuda sigue siendo válida. Tanto deudores como acreedores deben conocer estos plazos para proteger sus intereses.