Declararse en insolvencia es legal en Chile. Es un derecho, una herramienta diseñada para quienes ya no pueden pagar sus deudas y un mecanismo que la ley protege para evitar abusos, agobios y presiones indebidas.
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Este procedimiento existe porque muchas personas atraviesan crisis económicas profundas. También porque la legislación entiende que no siempre es posible responder a todas las obligaciones.
Marco legal de la insolvencia
La insolvencia no es un delito ni una falta. Tampoco es un acto irresponsable; es una vía regulada por el Estado.
La base legal se encuentra en la Ley 20.720. Esta norma reemplazó la antigua Ley de Quiebras.
- Estableció procesos más transparentes y accesibles.
- Incluyó mecanismos para personas y empresas.
- Permitió reorganizar deudas y también liquidarlas cuando no hay otra salida.
La ley creó procedimientos formales. Uno es la renegociación. Es gratuita y se realiza ante la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento. Otro es la liquidación voluntaria, tramitado ante tribunales para cerrar las deudas de forma ordenada.
Ambos otorgan protección, suspenden acciones judiciales, evitan embargos nuevos y permiten retomar el control.
Para los deudores, saber que es legal declararse en insolvencia es clave, pues aporta claridad, reduce el miedo y ordena las expectativas. Muchas personas creen que podrían enfrentar sanciones, o que perderán todos sus bienes. Esto no siempre ocurre. La ley contempla reglas claras, pasos concretos, protección a ciertos bienes esenciales. Prioriza el trato justo entre acreedores y deudores y ofrece una segunda oportunidad.
¡Existe para ayudar!
Es una herramienta que entrega alivio y estructura, permite cerrar ciclos y facilita volver a empezar.
Para quienes viven presiones financieras severas, esta alternativa puede marcar la diferencia. Y para quienes buscan orientación, contar con asesoría especializada resulta fundamental.
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