Cuando una deuda lleva mucho tiempo sin cobrarse, es posible que ya haya prescrito. Pero atención: la prescripción no ocurre por arte de magia. No basta con que pasen los años. Para que una deuda deje de existir legalmente, hay que alegar y probar en un juicio que el plazo legal para cobrarla venció sin que el acreedor tomara acciones judiciales.

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Este proceso se conoce como prescripción, y es la herramienta que permite suspender las cobranzas y eliminar la obligación de pagar. Sin embargo, solo se concreta si un tribunal lo declara expresamente.

La guía sencilla para prescribir una deuda y suspender las acciones de cobranza

1. El primer paso es verificar si se cumplen los requisitos.
Esto implica revisar el tipo de deuda, los plazos legales y si el acreedor ha realizado gestiones de cobro. Lo más recomendable es hacerlo con la ayuda de un abogado especialista. Él analizará tu caso y confirmará si los plazos han vencido o si existen situaciones que interrumpieron el conteo.

2. Una vez confirmado, el segundo paso es presentar la acción de prescripción ante los tribunales.
Aquí se deben acompañar los documentos que prueben que el tiempo transcurrió sin cobros judiciales válidos.

3. Después, solo queda esperar la resolución del tribunal.
El proceso puede demorar entre tres y seis meses. Si la sentencia es favorable, la deuda quedará extinguida y ninguna empresa podrá seguir cobrándola.

Deja de pagar legalmente con la prescripción de tu deuda

¿Qué pasa después del juicio?

Si el tribunal declara la prescripción, no habrá que pagar la deuda. Sin embargo, puede que el registro aún figure en DICOM. En ese caso, deberás acudir a Equifax para solicitar la eliminación, presentando la resolución judicial.

Y si alguien insiste en cobrarte, bastará mostrar la sentencia. Recuerda: la deuda solo prescribe con una acción judicial.

Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.

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