Cuando se habla de embargos, muchas personas buscan una cifra exacta de dinero que determine cuándo sus bienes pueden ser afectados. La realidad es distinta. En Chile, no existe en la ley un monto mínimo que active el proceso judicial de embargo. Esto significa que cualquier deuda podría, en teoría, derivar en esta medida. Pero en la práctica, las cosas funcionan de manera diferente.
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El dinero a recuperar versus los costos del embargo
Para que un embargo se concrete, la empresa acreedora debe iniciar una demanda en tu contra. Este paso implica gastos legales, honorarios de abogados y costos administrativos.
Por esa razón, las entidades financieras y casas comerciales suelen evaluar si el monto de la deuda justifica el gasto.
Demandar por cantidades muy bajas no suele ser rentable.
Los costos de demandar pueden superar el beneficio que obtendría la empresa.
En el país, los bancos y empresas del retail suelen iniciar acciones judiciales cuando las deudas superan el millón de pesos. No es una regla escrita, pero sí una tendencia común.
¿Pueden embargarte por menos de un millón?
La respuesta es sí; la ley no establece una cifra mínima para embargar. Si un acreedor decide iniciar el proceso por $500.000 o menos, puede hacerlo. Sin embargo, estos casos son excepcionales porque, nuevamente, los gastos asociados pueden no justificar la acción.
¿Cómo evitar un embargo? El mejor consejo es actuar a tiempo. Si tu deuda está creciendo, busca soluciones antes de que llegue a la etapa judicial. Negociar un acuerdo de pago, solicitar un refinanciamiento o buscar asesoría legal son opciones válidas. No esperes a que la situación se complique. Un embargo es costoso y complejo, pero puede evitarse si tomas decisiones oportunas.
Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.