Desde abril de 2024, la normativa de las 40 horas ha traído varios cambios importantes para trabajadores y empleadores. Esta ley busca reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales en un periodo de cinco años. En su primer año, la reducción es de una hora, llegando a 44 horas semanales.
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De acuerdo a datos informados por La Tercera, el inicio de esta normativa no ha estado exento de problemas. Algunas empresas intentaron ajustar la jornadareduciendo solo 12 minutos diarios, lo que generó confusión. Ante esta situación, la Dirección del Trabajo (DT) emitió un dictamen para aclarar cómo se debía aplicar la reducción horaria.
Según este documento, hay dos formas de hacerlo:
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Este cambio en la jornada también afectó a quienes anteriormente estaban excluidos de la ley, como gerentes y otros cargos sin supervisión directa. Ahora, solo dos categorías quedan fuera de la limitación horaria.
¿Fueron un éxito las 40 horas?: Un balance en cifras
A pesar de las expectativas de que esta nueva ley generaría muchas denuncias, los números han sido más bajos de lo esperado. Según la DT, solo el 3,4% de las denuncias que han recibido están relacionadas con la Ley de 40 Horas. En total, ha habido 1.777 denuncias por este motivo, de un universo de 52 mil denuncias en general.
Hasta el momento, las multas han alcanzado los $2.300 millones en 675 infracciones. Las principales quejas han sido por:
- No respetar la reducción de la jornada.
- Excluir indebidamente a ciertos trabajadores.
- No llegar a acuerdos con los empleados.
Desafíos que aún persisten en el contexto laboral
Aunque la implementación ha sido considerada exitosa en general, aún hay algunos puntos conflictivos. Por ejemplo, las empresas han encontrado dificultades para ajustar sus horarios de trabajo sin afectar la productividad. Además, sigue habiendo dudas sobre cómo aplicar correctamente la ley en ciertos casos, como las jornadas excepcionales.
A medida que la ley continúe avanzando hacia la reducción total a 40 horas semanales, se espera que surjan nuevos desafíos. El calendario es fijo, lo que obliga a las empresas a adaptarse, sin importar su nivel de productividad o necesidades internas.
En resumen, la Ley de 40 Horas ha comenzado con un buen pie, pero queda camino por recorrer para que todas las partes se adapten completamente a los cambios.