La Ley de Insolvencia y Reemprendimiento (Ley N° 20.720) es una normativa clave en Chile. Ella trajo cambios fundamentales en cómo las empresas y personas naturales pueden enfrentar situaciones de quiebra.
Desde su entrada en vigor el 9 de octubre de 2014, ha revolucionado el panorama financiero, facilitando el proceso para reorganizar deudas y permitiendo a los deudores un nuevo comienzo bajo un esquema más moderno y ágil.
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Una ley obsoleta de insolvencia que fue modernizada
Antes de 2014, la Ley de Quiebras vigente era anticuada y poco eficiente. Esta norma se centraba en liquidar las empresas, sin ofrecer herramientas para reestructurar sus deudas. El proceso era lento y complicado, afectando tanto a los deudores como a los acreedores. Con la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento, se introdujeron dos nuevos procedimientos:
- Reorganización: Empresas y personas pueden renegociar sus deudas para evitar la quiebra. Esto les permite seguir operando o manteniendo su patrimonio.
- Liquidación: Si no hay acuerdo de reorganización, se liquida el patrimonio del deudor, pero de forma más rápida y eficiente que antes.
La Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento supervisa el cumplimiento de la ley. También gestiona el procedimiento de renegociación de deudas para personas naturales, asegurando un proceso justo y transparente.
Beneficios para las empresas y personas naturales
La ley ofrece a las empresas la opción de reorganizar sus deudas y evitar el cierre. Además, se incorporó la figura del veedor concursal, que facilita la relación entre acreedores y deudores, haciendo el proceso más transparente.
Por primera vez, la ley incluyó un procedimiento específico para personas naturales. El proceso de renegociación de deudas es gratuito y administrativo. Permite a las personas mantener sus bienes esenciales mientras negocian un plan de pago con los acreedores.
Uno de los grandes cambios de esta ley es su enfoque en el reemprendimiento. A diferencia de la antigua Ley de Quiebras, que solo consideraba la liquidación, esta normativa busca que los deudores puedan levantarse nuevamente y seguir participando en la economía.
Desde su implementación, la Ley N° 20.720 ha tenido efectos positivos:
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En definitiva, la entrada en vigor de la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento trajo un cambio significativo. Ha sido un avance crucial para el sistema financiero chileno, dando nuevas oportunidades a quienes enfrentan dificultades económicas.