En el complejo mundo financiero, la posibilidad de enfrentar una quiebra o la necesidad de suspender pagos es una realidad para muchos empresarios y ciudadanos. En Chile, la normativa promulgada en el 2014, «Ley de Reorganización y Liquidación de Empresas y Personas (Ley N° 20.720)», se presenta como una herramienta fundamental para aquellos que se encuentran en una situación de insolvencia.
LEE TAMBIÉN
- Informe de deudas: La transparencia por sobre todo
- ¿Por qué el TAG me genera deudas inesperadas?
- Defensa integral de deudores: Un escudo legal en Chile
Quiebra en Chile
Esta ley, conocida comúnmente como la Ley de Quiebras, tiene el propósito de ofrecer un respiro y una segunda oportunidad a quienes no pueden cumplir con sus obligaciones financieras.
El marco legal establecido para la insolvencia
Dicha normativa establece un marco legal claro y estructurado para la reorganización y liquidación de empresas y personas.
En términos simples, permite a los deudores y acreedores negociar un acuerdo que sea beneficioso para ambas partes. Este proceso se puede realizar a través de dos mecanismos principales explicados a continuación:
Reorganización: «Mantener a flote el negocio»
Esta operación es una opción para aquellas empresas o personas que, pese a estar en una situación de insolvencia, tienen la capacidad de generar ingresos suficientes para cubrir sus deudas a largo plazo.
- El proceso implica la creación de un plan de pagos que debe ser aprobado por la mayoría de los acreedores.
- Una vez aprobado, el deudor puede continuar con sus operaciones normales mientras paga sus deudas según lo acordado.
La reorganización ofrece varios beneficios:
- Permite a las empresas mantener sus operaciones, proteger empleos y preservar su valor económico.
- Brinda un alivio temporal de las acciones de los acreedores, como embargos o ejecuciones.
- Mejora la capacidad de la empresa para negociar con sus acreedores desde una posición más sólida.
Liquidación: «Comenzar de cero»
Por otro lado, este segundo método se aplica cuando la reorganización no es viable.
Este proceso implica la venta de los activos del deudor para pagar a los acreedores. Aunque puede parecer una solución drástica, la liquidación también ofrece ciertos beneficios.
- Permite a los deudores liberarse de sus deudas y empezar de nuevo sin la carga de obligaciones impagables.
- Asegura que los acreedores reciban una parte de lo adeudado, aunque no sea la totalidad.
Proceso de quiebra para personas naturales
Para las personas naturales, la Ley N° 20.720 introduce el concepto de la «liquidación voluntaria». Se refiere a un proceso que permite a los individuos declarar su insolvencia y solicitar la liquidación de sus bienes. Este mecanismo está diseñado para aquellos que, debido a circunstancias adversas, no pueden cumplir con sus obligaciones financieras.
- La liquidación voluntaria comienza con la presentación de una solicitud ante el tribunal competente.
- Una vez aceptada, se nombra un liquidador que se encarga de administrar y vender los activos del deudor.
- Los fondos obtenidos se utilizan para pagar a los acreedores según un orden de prelación establecido por la ley.
- Al final del proceso, el deudor queda libre de sus deudas restantes, lo que le permite reintegrarse a la vida económica sin cargas financieras.
La suspensión de pagos
Otro aspecto crucial de la Ley de Quiebras es la posibilidad de suspender los pagos.
Este mecanismo permite a los deudores solicitar una suspensión temporal de sus obligaciones mientras se negocia un plan de reorganización. La suspensión de pagos brinda un respiro necesario para reestructurar las finanzas y negociar con los acreedores sin la presión de acciones legales inmediatas.
- La suspensión es especialmente útil en tiempos de crisis económica o en situaciones donde el deudor enfrenta dificultades financieras temporales.
- Al aplazar estas obligaciones de pago, se evita el colapso financiero inmediato y se permite al deudor trabajar en un plan viable para cumplir con sus obligaciones a largo plazo.
Impacto en la economía y en los deudores
Es verificable que la legislación en cuestión ha tenido un impacto significativo en la economía chilena y en la vida de los deudores. Desde su implementación, ha proporcionado un marco legal más flexible y accesible para enfrentar la insolvencia:
Esto ha permitido a muchas empresas evitar la quiebra total y continuar operando, preservando empleos y contribuyendo al crecimiento económico.
Para los deudores individuales, la ley ofrece una segunda oportunidad.
En lugar de ser aplastados por deudas impagables, los individuos pueden optar por la liquidación voluntaria y liberarse de sus obligaciones.
En definitiva, no solo mejora su bienestar financiero, pues también les permite reintegrarse a la economía de manera productiva.
Desafíos y oportunidades de la normativa ligada a la quiebra
A pesar de sus beneficios, la Ley de Quiebras también enfrenta desafíos. La implementación efectiva del proceso de reorganización y liquidación requiere una comprensión profunda de los procedimientos legales y financieros. Además, la negociación con los acreedores puede ser complicada y, en algunos casos, los deudores pueden encontrar resistencia.
Sin embargo, también ofrece oportunidades significativas. Al proporcionar un marco legal claro y estructurado, facilita la resolución de la insolvencia de manera ordenada y justa. Esto no solo beneficia a los deudores y acreedores. A la par, contribuye a la estabilidad y resiliencia del sistema financiero en su conjunto.
En resumen, la normativa de quiebras y la suspensión de pagos representa un avance crucial en la gestión de la insolvencia en Chile. Al ofrecer mecanismos para la reorganización y la liquidación, brinda a los deudores una oportunidad para recuperarse y empezar de nuevo.
A pesar de que esta enfrenta desafíos, su impacto positivo en la economía y en la vida de los deudores es innegable. Para aquellos que se encuentran en una situación de insolvencia, esta ley proporciona un camino hacia la recuperación financiera y una nueva oportunidad para construir un futuro económico sólido.