Cuando escuchas que tu deuda llegó a tribunales, no es una simple advertencia, es la confirmación de que el acreedor decidió iniciar un proceso judicial en tu contra. En otras palabras, la cobranza ya no se maneja solo con llamados telefónicos o cartas de cobranza extrajudicial. Ahora pasa a ser un asunto formal en el que interviene un tribunal civil, con plazos y consecuencias mucho más serias.
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El proceso de la cobranza judicial
Este escenario comienza con la presentación de una demanda. El tribunal la admite y ordena notificarte en tu domicilio o en el lugar que se indique en la causa. Esa notificación es clave, porque desde ese momento se activa un plazo muy breve para reaccionar. Según el procedimiento, ese plazo puede ser de solo cuatro días hábiles. Si no presentas defensa, el juicio sigue adelante y el tribunal puede dictar medidas de apremio.
¿Qué significa esto para el deudor?
Que se expone al embargo de bienes, a la retención de parte de su sueldo o incluso al congelamiento de cuentas bancarias. Todo esto mientras la deuda original sigue creciendo con intereses, reajustes y costas judiciales. La carga económica se vuelve mayor y la presión legal aumenta.
¿Qué hacer con esa deuda?
La buena noticia es que incluso en esta etapa todavía existen alternativas. Se puede presentar oposición, negociar un acuerdo de pago con el acreedor o buscar acompañamiento legal especializado. Lo importante es no quedarse de brazos cruzados frente a la notificación.
Cada día que pasa sin acción juega en contra del deudor.
En Deudas.cl creemos que la información es la primera línea de defensa. Comprender lo que significa que una deuda llegue a tribunales permite reaccionar con inteligencia y rapidez. La asesoría legal adecuada puede marcar la diferencia entre perder tus bienes o recuperar el control de tu situación financiera.
Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.
