Cada año, el Black Friday se instala como uno de los eventos comerciales más esperados por los consumidores chilenos. Las tiendas lanzan descuentos agresivos, los anuncios se multiplican y la sensación de oportunidad inmediata se instala con fuerza.
Sin embargo, junto a las ofertas también crece un fenómeno menos visible: el sobreendeudamiento impulsivo.
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¡Cuidado con lo llamativo del Black Friday!
Este tipo de fechas concentra un aumento de compras financiadas, especialmente mediante tarjetas de crédito y avances de dinero. El problema aparece cuando la decisión de compra se toma sin planificación, basada en la emoción del momento y no en la capacidad real de pago.
Una oferta puede parecer irresistible
Pero el impacto en las finanzas personales puede extenderse durante meses.
Los especialistas señalan que muchos consumidores confían en cuotas que parecen pequeñas, pero cuyo costo final se incrementa por intereses, comisiones y cargos asociados.
A su vez, en estos eventos suele presentarse un fenómeno conocido como ‘precio inflado’: productos cuyo precio original fue elevado días antes para simular una rebaja mayor. Por eso, las recomendaciones apuntan a comparar precios con anticipación, revisar historial de valores en portales de monitoreo y desconfiar de descuentos demasiado altos.
Otro punto clave es la planificación. Antes de comprar, es importante definir un presupuesto máximo y cumplirlo estrictamente. También se aconseja evitar utilizar créditos si no existe seguridad de poder pagar la totalidad al mes siguiente. En caso contrario, se abre la puerta a una cadena de endeudamiento que puede resultar difícil de revertir.
El Black Friday puede ser una oportunidad para ahorrar, pero solo si se actúa con cautela. Un descuento dura un día, pero una deuda mal gestionada puede acompañar durante años. La clave está en decidir con información, ¡no con impulso!
Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.