En Chile, las deudas afectan a gran parte de la población. Sin embargo, no todas tienen el mismo impacto financiero o legal. Algunas pueden desestabilizar la economía familiar e incluso poner en riesgo bienes esenciales.
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¡Cuidado con el endeudamiento!
A continuación, revisamos las deudas más graves y cómo afectan a los chilenos.
Deudas hipotecarias: las más grave de todas
Las deudas hipotecarias son una de las más críticas. Estas se adquieren al financiar una vivienda a través de créditos a largo plazo. Si bien permiten a muchas familias acceder a una casa propia, el incumplimiento en los pagos puede traer consecuencias graves.
El banco puede ejecutar la hipoteca y subastar el inmueble, dejando a las familias sin hogar y con una posible deuda residual.
El impacto de este tipo de deuda es significativo. Al ser montos altos, cualquier interrupción en los ingresos puede comprometer el pago. Muchos chilenos enfrentan años de sacrificios para cumplir con estas obligaciones, por lo que es esencial planificar antes de asumir un crédito hipotecario.
Créditos de consumo: una bomba de tiempo
Los créditos de consumo representan otra de las deudas más comunes y complejas. Incluyen préstamos personales, tarjetas de crédito y líneas de crédito. Aunque ofrecen soluciones rápidas, como financiar emergencias o gastos grandes, suelen tener altas tasas de interés. Este factor convierte a las cuotas en cargas difíciles de sobrellevar si no se administran correctamente.
El Informe de Endeudamiento 2023 de la Comisión para el Mercado Financiero reveló que el endeudamiento promedio de los chilenos alcanza $2,2 millones. Además, la carga financiera mensual se ubica en el 16,1% de los ingresos. Esto refleja que, aunque las deudas de consumo sean menores en monto, su acumulación puede comprometer seriamente las finanzas personales.
Deudas en casas comerciales: un enemigo silencioso
Las tarjetas de crédito emitidas por casas comerciales son accesibles para gran parte de la población. Sin embargo, esta facilidad viene acompañada de tasas de interés aún más altas que las bancarias. El sobreendeudamiento en este tipo de deudas es un problema recurrente, ya que las promociones y pagos diferidos llevan a los usuarios a gastar más de lo que pueden pagar.
Según el informe de la CMF, un 9,3% de los deudores mantiene obligaciones con emisores de tarjetas no bancarias.
Aunque las compras parecen más simples, los costos asociados pueden ser devastadores si no se controlan.
Créditos educacionales: una carga pesada
El acceso a la educación superior suele financiarse mediante créditos como el CAE (Crédito con Aval del Estado). Este tipo de deuda, aunque justificada por el deseo de progreso, puede convertirse en una trampa para quienes no logran una inserción laboral estable. Los intereses y la falta de flexibilidad en los pagos son barreras adicionales que afectan a miles de egresados.
Las familias enfrentan años de presión financiera derivada de estos créditos. Esto prolonga el impacto económico, dificultando que las nuevas generaciones alcancen estabilidad económica.
Deudas fiscales y previsionales: una prioridad legal
Las obligaciones con el Servicio de Impuestos Internos o las cotizaciones previsionales impagas generan graves consecuencias legales. En el caso de las empresas, las deudas previsionales pueden derivar en sanciones administrativas y procesos judiciales. El Estado tiene amplias facultades para recuperar estos montos, lo que convierte estas obligaciones en una prioridad para los deudores.
Para los contribuyentes individuales, el no cumplimiento con el SII implica intereses acumulativos y medidas de cobranza agresivas, afectando seriamente la estabilidad financiera.
El impacto del sobreendeudamiento
En Chile, una de cada cinco personas enfrenta una carga financiera alta, según la CMF. Esto significa que más del 50% de sus ingresos se destina a pagar deudas. Este nivel de endeudamiento no solo limita la calidad de vida, sino que también afecta la estabilidad mental y emocional de las familias.
La acumulación de varias deudas agrava la situación. Sin un plan adecuado, muchas personas quedan atrapadas en un círculo del que es difícil salir.
Si bien estas deudas son comunes, su impacto puede minimizarse. Es fundamental evaluar la capacidad de pago antes de asumir un compromiso financiero. La educación en finanzas personales y la búsqueda de asesoría son herramientas claves para evitar caer en deudas impagables.
Comprender la gravedad de cada tipo de deuda es el primer paso para mantener las finanzas en orden. Un enfoque responsable puede marcar la diferencia entre un futuro estable y un camino lleno de dificultades.