El Black Friday se ha convertido en uno de los eventos de consumo más esperados del año. Tiendas físicas y plataformas online prometen descuentos irresistibles, productos exclusivos y oportunidades únicas. Sin embargo, detrás de la emoción y las promociones se esconde un riesgo silencioso: el endeudamiento.
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Cada año, miles de personas terminan gastando más de lo que pueden pagar. Las tarjetas de crédito, los pagos en cuotas y los créditos rápidos parecen soluciones fáciles, pero muchas veces son trampas que se pagan caro. La sensación de “aprovechar la oferta” puede convertirse en meses —o incluso años— de deudas.
El problema no es comprar en el Black Friday, sino hacerlo sin planificación.
Antes de comprar, conviene hacerse una pregunta clave: ¿realmente necesito esto o solo me dejo llevar por el descuento? Si la respuesta es la segunda, es momento de detenerse.
¿Cuál es la recomendación?
Un consejo práctico es definir un presupuesto máximo antes de que empiecen las ofertas.
Anotar los productos que realmente se necesitan y comparar precios con anticipación ayuda a evitar compras impulsivas.
También es importante revisar las condiciones de pago.
Muchas veces, el precio final con intereses puede duplicar el valor inicial del producto.
Otro punto clave: evitar endeudarse en dólares o en cuotas extensas.
Las variaciones del tipo de cambio o los intereses pueden transformar una compra “inteligente” en un problema financiero.
Finalmente, recuerda que el mejor descuento es no comprar lo que no necesitas.
La tranquilidad financiera vale más que cualquier oferta temporal.
Este Black Friday, disfruta las promociones, pero con responsabilidad. Comprar sin endeudarse es posible. Solo requiere planificación, autocontrol y una mirada realista a tus finanzas.
Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.
