El sueño de la casa propia se ha convertido en un desafío casi imposible para muchas familias chilenas. Según los últimos datos entregados por la Cámara Chilena de la Construcción, Chile es uno de los países con mayor dificultad de acceso a la vivienda en el mundo, solo superado por Nueva Zelanda.

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Un índice que refleja la realidad de la casa propia

El Índice de Acceso a la Vivienda (IAV), publicado por la CChC, mide cuántos años de ingresos necesita una familia promedio para comprar una vivienda de precio medio en el país. En un escenario ideal, la vivienda se considera «asequible» si puede adquirirse en menos de tres años de ingresos.

Sin embargo, la realidad en Chile es preocupante:

    • En 2019, el tiempo estimado para acceder a una vivienda era de 7,6 años.
    • En 2024, esa cifra aumentó a 11,4 años.

¿Qué significa esto? En solo cinco años, el tiempo necesario para comprar una vivienda se incrementó en 3,8 años, marcando un claro deterioro en la accesibilidad habitacional para la clase media y sectores más vulnerables.

Chile, en los peores rankings globales

El alto costo de las viviendas en Chile lo posiciona como uno de los países con mayor dificultad de acceso a la vivienda en el mundo. Con un IAV de 11,4 años, Chile solo es superado por Nueva Zelanda, donde el índice alcanza los 11,6 años.

De acuerdo con la clasificación de la CChC:

    • Menos de 3 años → Vivienda asequible.
    • Entre 3 y 5 años → Vivienda moderadamente asequible.
    • Más de 5 años → Vivienda no asequible.

Bajo estos parámetros, Chile ha superado con creces el umbral de lo «no asequible». Ello afecta directamente el acceso a la vivienda para miles de familias.

Chile y el difícil camino hacia la casa propia: ¿Por qué es tan inalcanzable?

¿Por qué es tan difícil obtener una casa propia en Chile?

Este fenómeno tiene múltiples factores que influyen en el alza del IAV, entre los que destacan:

    1. Alza en los precios de los materiales de construcción, debido a la inflación y el encarecimiento de las importaciones.
    2. Baja oferta de viviendas nuevas, causada por restricciones normativas y altos costos de urbanización.
    3. Dificultad en el acceso a créditos hipotecarios, donde las tasas de interés han aumentado y los bancos exigen mayores ahorros previos.
    4. Menores ingresos en la población, que han impactado el poder adquisitivo de las familias chilenas.

Y, ¿qué se puede hacer?

Expertos del sector inmobiliario y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo han señalado que se requiere un esfuerzo conjunto entre el Estado y el sector privado para enfrentar esta crisis.

Entre las medidas que podrían ayudar se encuentran:

  • Ampliar los subsidios habitacionales para sectores medios y vulnerables.
  • Incentivar la construcción de viviendas sociales y de integración.
  • Facilitar el acceso al crédito hipotecario, especialmente para jóvenes y familias de ingresos medios.
  • Mejorar la planificación urbana, promoviendo el desarrollo de viviendas en zonas con mejor conectividad y servicios.

El acceso a la vivienda –y casa propia– es un derecho fundamental y un pilar clave para la estabilidad social y económica de un país. En este escenario, Chile enfrenta el gran desafío de reducir las barreras que hoy hacen que el hogar propio se sienta cada vez más lejano.

Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.

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