Declararse en quiebra es un proceso que puede parecer complejo. No obstante, no es así. La operación está regulada claramente por la Ley N° 20.720, también conocida como la Ley de Reorganización y Liquidación de Empresas y Personas.
Esta normativa permite a las personas naturales enfrentar situaciones de insolvencia y reorganizar sus finanzas. Pero, ¿qué documentos necesitas para iniciar este procedimiento? Aquí te lo explicamos paso a paso.
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El primer paso de la quiebra: Solicitud de liquidación voluntaria
El proceso de quiebra personal comienza con la presentación de una solicitud de liquidación voluntaria ante el juzgado de letras civil que corresponda a tu domicilio. Este documento debe contener:
- Tus datos personales completos: nombre, RUT y dirección.
- Una declaración jurada donde afirmas que te encuentras en una situación de insolvencia y no puedes cumplir con tus obligaciones financieras.
En la actualidad, gran parte del proceso judicial se realiza a través de la Oficina Judicial Virtual del Poder Judicial. Desde esta plataforma puedes presentar los documentos de forma electrónica y realizar el seguimiento de tu causa en tiempo real.
Esta solicitud es fundamental. Marca el inicio formal del procedimiento ante el tribunal. |
Hablemos del papeleo
Además de la solicitud inicial, deberás presentar una serie de documentos que respalden tu situación financiera:
- Listado detallado de bienes y activos. Este documento debe incluir:
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- Bienes inmuebles y muebles que poseas.
- Cuentas bancarias, inversiones, ahorros y otros activos.
- Bienes que se encuentren bajo garantía, como hipotecas o prendas.
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- Relación de deudas. Es imprescindible un listado que detalle todas tus obligaciones financieras:
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- Nombres de los acreedores (bancos, casas comerciales, instituciones financieras, entre otros).
- Montos adeudados.
- Plazos y fechas de vencimiento de cada deuda.
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- Documentos de respaldo de las deudas. Para acreditar las obligaciones pendientes, deberás adjuntar documentos como:
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- Contratos de crédito.
- Facturas impagas.
- Estados de cuenta bancarios o de comercios.
- Evidencia de pagos atrasados o demandas de cobranza.
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Otros imprescindibles (y obvios)
- Certificado de antecedentes comerciales: Un informe comercial, como el certificado Dicom o Equifax, es un documento que permite demostrar tu situación crediticia y las deudas registradas.
- Cédula de identidad vigente: No olvides presentar una copia de tu documento de identidad, requisito básico en cualquier trámite judicial.
- Propuesta de liquidación (opcional): Aunque no es obligatoria, puedes incluir una propuesta de cómo liquidar tus bienes para pagar a tus acreedores. Esto puede facilitar el proceso de liquidación.
¿Qué sucede después de presentar los documentos?
Una vez que el tribunal recibe la solicitud y los documentos, se evaluá tu situación financiera. Si el juez determina que efectivamente estás en insolvencia, se declara la liquidación voluntaria. A partir de ese momento, la administración de tus bienes queda en manos de un Liquidador Concursal, un profesional designado por la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir).
El liquidador será el encargado de vender tus bienes y distribuir los fondos obtenidos entre los acreedores, respetando un orden de prelación establecido por la ley.
Asesoría legal: Un factor clave en el proceso de quiebra
Aunque la operación está claramente regulada, puede ser compleja para quienes no están familiarizados con los términos legales. Por ello, contar con la asesoría de un abogado especializado en insolvencia es fundamental. Un profesional te guiará en la recopilación de los documentos y en cada etapa del procedimiento judicial.
La declaración de quiebra es una opción válida para las personas que ya no pueden cumplir con sus obligaciones financieras. Si bien implica consecuencias como la pérdida de bienes, también ofrece la posibilidad de volver a empezar sin las deudas que ahogan tu estabilidad económica.
En Chile, el proceso está diseñado para dar una salida ordenada a situaciones de insolvencia, respetando los derechos tanto de los deudores como de los acreedores.
¿Estás enfrentando una situación de insolvencia? Declararse en quiebra podría ser el camino para reordenar tus finanzas y, con la información adecuada, podrás tomar una decisión informada para tu futuro económico.