La Ley 20.720, conocida como Ley de Insolvencia y Reemprendimiento (o, informalmente, ley de quiebras), ofrece una solución legal para quienes no pueden pagar sus deudas.
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A través de esta norma, tanto personas como empresas pueden reorganizar sus finanzas o liquidar sus bienes para comenzar de nuevo. Se trata de una herramienta concreta para quienes enfrentan sobreendeudamiento y buscan una salida ordenada.
¿Qué dice la normativa de quiebras?
La ley contempla dos caminos principales para las personas: la renegociación de deudas y la liquidación voluntaria.
De estas dos, la primera se realiza ante la Superintendencia de Insolvencia y permite reestructurar pagos en condiciones más viables.
La segunda es la “quiebra” propiamente tal, donde se venden bienes para saldar deudas, y tras ello, se extingue el resto.
Para las empresas, existe también la posibilidad de reorganización.
Pueden continuar operando, pero con una estructura financiera más saludable.
Si no es posible, pueden optar por la liquidación, cerrando sus operaciones de forma regulada y justa.
Cómo solicitar la insolvencia y/o el reemprendimiento
Recientes reformas han facilitado el acceso. Ahora, quienes emiten boletas de honorarios pueden acogerse como personas naturales. Además, se creó la “liquidación simplificada”, pensada para personas y pequeñas empresas, reduciendo los plazos y costos del proceso.
Al iniciar el procedimiento de quiebra, el deudor deja de pagar sus deudas y se detienen los juicios de cobranza. Esto le da un respiro económico real y la oportunidad de reorganizar su vida.
La Ley 20.720 no representa únicamente un alivio inmediato. Es también una puerta abierta al reemprendimiento, a la limpieza del historial crediticio y a una nueva oportunidad para quienes cayeron en deudas, pero quieren volver a empezar.
Nuestro equipo de especialistas puede ayudarte a revisar tu caso y encontrar la mejor estrategia para que recuperes tu tranquilidad.